Recién llegada....

Acabábamos de llegar a aquel pueblo. El camión de la mudanza había puesto todos los muebles en su sitio y yo había desecho la maleta en lo que sería mi nueva habitación.
Tenía una ventana grande, aunque ya me habían dicho que allí en aquel pueblo no daba casi es sol. Mi casa estaba en el pueblo, en una zona residencial, donde vivía con mi padre; allí me había dicho que vivía una comunidad de licántropos como nosotros, estaba en la reserva de la Push, así me sentiría más a gusto, según pensaba mi padre.
Bueno, al menos empezaría el instituto, no es que me gustara ir al instituto, si no... el poder conocer a gente.
Paseaba por el pueblo, las calles llenas de gente; miré unos cuantos escaparates y vi varios pantalones que me gustaron, ya iría de nuevo a comprarlos.
Seguí paseando tranquilamente mientras había gente que me miraba, claro, era un pueblo pequeñito y allí todos se tenían que conocer por lo tanto sabían que era nueva... no me gustaba que la gente me mirara pero bueno...

Choqué con alguien y me caí, genial; dios que torpe podría llegar a ser? Seguro que era culpa mía, no le había visto.
Me levante con la ayuda de un chico que me extendió su mano, luego recogió su mapa.

-No, lo siento yo, no te había visto con el mapa; iba mirando las calles sin fijarme. A mi no me a pasado nada, pero tu estas bien?-pregunté un poco preocupada.

Me fijé en que llevaba una mochila al hombro, seguramente acababa de llegar como yo. Olía muy bien, a humano.

Vi su mapa de Forks y le sonreí.

-La verdad es que yo también soy nueva. Por cierto, no me he presentado, me llamo Dominique aunque todos me suelen llamar Domi-dije mientras le extendía la mano para que la estrechara.

Este chico parecía simpático y agradable, esperaba congenial mejor con él, y su olor me decía que era un humano.